Este nunca tiene fin.
Jamás tendrás la paz infinita,
la felicidad absoluta,
la justicia deseada.
Es por eso que le tenemos a nuestra vida,
y solo unos pocos la saben afrontar.
Aun así, de estos pocos valientes,
un puñado es feliz.
Por que la felicidad no es deseo,
no es un estado,
no es lo que crees.
Si mis preguntas tuviesen respuestas,
si la vida fuera amable,
seria un sueño.
Durante milenios, dormido
el secreto,
bajo el místico saber,
el aire lo consumió.
Dejando de lado mi poesía,
tengo que protestar.
Lo siento no queda nada sagrado,
ya no es divertido, saben,
el vivir.
Muchos van y vienen,
y yo solo quedo.
No más promesas,
nunca más decirte adiós,
por que todo es una falsedad.
Todo lo que tengo es un deseo lleno de sueños.
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