Tan real,
tan virtual.
Que seria de mi vida,
si mi imaginación.
Que me rescata de esos
momentos de profunda soledad.
A punto de caer en las banalidades,
a tal punto de soñar despierto.
Pensé que era real,
y que decepción al despertar.
Y ahora sigo como tonto
este rumbo,
como un tonto desesperado,
apareciendo tan efímera una sonrisa.
Te guardo un lugar,
en este roto corazón.
Por que nada del sentido común
es común.
Por que nada ya tiene sentido,
y el humor se va por el humo.
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