Le digo adios a ese ángel,
que una vez fue tambien mi demonio.
Hoy más nada queda,
ya ni un adios.
Morir todavia y no despúes.
Si me quedara algo por hacer,
si pudiera dar, quitar.
Pero ya nada queda.
Di todo y más,
no entiendo bien que paso,
ya mi fe se ausenta.
Hoy encaro al infinito,
hoy sigo mi camino.
Unos se iran, otros vendran.
Sahid Villela
1992 - actualidad.
3S!P2+377
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